Llegando
para mi casa junto con mi familia, nos pusimos a reflexionar sobre la educación.
Nos dio mucha risa hablar de cosas que uno aprendía en el colegio como son los
diptongos y triptongos de español, las obras de literatura del romanticismo, a
las cuales también podríamos sumarles una inmensa cantidad de fórmulas físicas y
matemáticas, entre una inmensa cantidad de otros “conocimientos”. La razón por
las que nos reíamos, es porque ninguno
recordaba este tipo de cosas. ¿Por qué razón no recordábamos eso? ¡Porque
esas cosas no sirven para nada!
¿Se
han fijado que uno sí recuerda su primer amor? ¿O su primer trabajo? ¿O quizás
la primera vez que emprendieron un negocio? Uno se acuerda de estas
experiencias que sí sirven de algo. La pregunta que debemos hacernos es, si la mayoría
de las cosas que aprendemos se nos olvidan, y encima de eso no sirven para nada
en la vida real (al menos que uno sea profesor de escuela), ¿para que invertimos tanto tiempo de
nuestra vida para aprender cosas inútiles, en vez de aprender sobre temas que sí
valen la pena?
Aquí
les comparto algunas frases sobre la educación:
“Dime y lo olvido, enséñame y lo
recuerdo, involúcrame y lo aprendo”
“Hay alguien tan inteligente que
aprende de la experiencia de los demás”
Voltaire
“Todo hombre que conozco es superior
a mí en algún sentido. En ese sentido, aprendo de él”
“Si das pescado a un hombre
hambriento, le nutres una jornada. Si le enseñas a pescar, le nutrirás toda la
vida”
“El colmo de la estupidez es
aprender lo que luego hay que olvidar”
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