En
el transcurso del desarrollo de mi negocio, han sido muchas las personas que he
contactado y más aún las personas que hemos contactado en equipo. He notado
durante este tiempo un tipo de actitud que me hace entender cada vez más, por qué
algunas personas reciben más oportunidades que otras y son más exitosas.
Hay
personas que nunca han tenido un éxito notable en algún área de la vida. Estas
pueden considerarse personas promedio, pueden ser o no muy estudiosas y
trabajadoras, y como personas promedio, tienen un nivel de vida apenas regular,
puesto que la vida promedio de más del 90% de las personas es mucho trabajo
por poco dinero. Por lo general, la mayoría de estas personas rechazan la oportunidad
por “no tener tiempo”, “no tener dinero”,
“porque el perro se le comió la tarea” o cualquier otra excusa. Algunos
incluso denigran la oportunidad y se creen por encima de ella, o tratan de
sacarte de tu camino.
Sucede
algo increíblemente diferente con las personas
exitosas, que son dueños de negocios o tienen cargos importantes en compañías
de renombre, o son líderes políticos y religiosos, etc. Estas personas ven la oportunidad desde una óptica diferente. Son más
propensos a formar parte de ella, y se dirigen a esta con mucho mas respeto (por algo son exitosas). Ampliando el panorama
a otro nivel, me he dado cuenta que no pasa solo con mi oportunidad de
negocios, sino con todo tipo de oportunidades habidas y por haber.
¿A
que entonces se debe esto? ¿Por qué alguien que en teoría no necesita una
determinada oportunidad, busca más oportunidades y tiene mente más abierta que
personas promedio (o bajo el promedio) que sí necesitan una? Como diría el
empresario ex-rector de una Universidad, José Bobadilla: “El problema, es el coco”.
Hay personas que sencillamente “el coco
no les da”. Esto no significa que sean brutos o peor que nadie. Muchos de
ellos son muy inteligentes (académicamente) y ganan buena cantidad de dinero
(no confundir con éxito). La falta de coco significa en este ámbito “la falta de sentido común, capacidad de soñar
y querer continuamente mejorar en la vida”.
Quiero dejar claro que un dueño de
una empresa exitosa no necesariamente es mejor como persona que alguien que
limpie vidrios en la calle, todo depende de lo que tengamos por dentro. Sin embargo, si le preguntamos al empresario que
piensa hacer con su vida, tiene planes futuros sobre que quiere hacer con su
negocio, con su familia, y muchos piensan también como colaborar con la
sociedad. Si le preguntamos el que limpia los vidrios, es probable que te diga
que está reuniendo dinero para beber el fin de semana, quizás para comer o
cualquier tipo de cosa. Notarás que las
ganas de crecer del grande son inmensas, pero que las ganas de crecer del pequeño
son diminutas.
La
Conclusión de este artículo es, que
las oportunidades son abundantes, están por doquier, pero no son para todo el
mundo, y no porque estas sean arrogantes, sino porque solo se presentan a
quienes la están buscando y tienen su “coco” o mente preparadas para
recibirlas.
buen articulo!
ResponderEliminar