La
búsqueda de aprobación muchas veces nos convierte en drogadictos ambulantes. El ser humano tiene un deseo innato de ser amado
y apreciado, eso es normal. El problema resulta cuando la sociedad te
convierte en un zombie, haciendo lo que otro desea que hagamos. Aquí no se
habla de una teoría conspirativa, sino más bien de una manipulación intencional
o no intencional, que ocurre cuando la búsqueda de aprobación se convierte en
una droga.
Pasemos
a hablar de la droga de la aprobación en lo que al mundo laboral y del dinero
se refiere. Cuando estamos en el Colegio de niños, lo importante es aprender (o
eso nos dicen). Sin embargo, lo que se le da más importancia es la hoja de las
calificaciones. Las calificaciones en teoría son una escala cuantitativa de lo
que se aprendió. La práctica demuestra que muchas veces esto tiene poco a nada
que ver, y se demuestra a la hora del ejercicio laboral o en el mundo de los
negocios. Muchos de los grandes
millonarios o billonarios ni siquiera fueron a la escuela, y los que fueron
por lo general fueron estudiantes promedios o bajo el promedio. Ahora bien, ¿A
qué se debe esto? Creo haber encontrado la respuesta.
Todo
esto tiene que ver con la droga de la aprobación. Las calificaciones realmente
no son medidores de lo que sabes, sino de que también has cumplido con las expectativas
de los profesores. Hay muchas historias de jóvenes hermosas que van a un examen
final con mini-faldas, y sacan mejores calificadores que muchos estudiantes que
realmente se sabían la materia. Los llamados "perros falderos" o
"lambones", por lo general les va bien, pues piensan y hacen lo que
el profesor quiere.
Las
escuelas funcionan como entrenamientos militares, con un listado de todas las
cosas que "hay que hacer", muchas veces cosas ridículas y que no
sirven para nada, pero que hay que hacerlas. Quienes cumplen esto requisitos
sacan buenas calificaciones, y quienes no son denominados "rebeldes",
"malos estudiantes" y "niños malos". Si no sacas buenas notas, le diremos a tus padres para que te castiguen,
nos dicen.
Aunque
parece algo insignificante, realmente es algo muy importante. Así muchos crecemos para complacer a nuestros
padres, haciendo todo lo que dicen, hasta llegar a un punto de no poder
decidir uno mismo. Aunque no nos damos cuenta, nos estamos entrenando para ser dependientes toda la vida. Pensamos
que el gobierno se tiene que hacer cargo de nuestras vidas, que tenemos que
hacer todo lo que dice nuestro jefe para que no nos despidan, que tenemos que
hacer esto o aquello para ser bien visto socialmente, y una gran cantidad de
ridiculeces. Por otro lado, el
independiente, que le gusta la aprobación pero no depende de ella, se ama a sí
mismo sin importar lo que los otros piensen. Estos son los que rompen las
barreras y limitaciones sociales, y por lo general son los grandes empresarios,
políticos, líderes religiosos, deportistas, etc.
OJO: No estoy diciendo que hay que
sacar malas calificaciones para hacer algo grande, ni que sacar buenas
calificaciones sea malo. Lo que digo es, que debemos de cuidarnos de complacer
a todo el mundo, aún haciendo lo que supuestamente es lo correcto, porque la
búsqueda desmedida de ser aprobados por otros, nos convierte en individuos
vacíos con baja autoestima, y por tanto nos deja a merced de ser utilizados por
otros. La felicidad es algo interno, solo se logra cuando nos aceptamos a
nosotros mismos sin depender de la opinión ajena"
No hay comentarios:
Publicar un comentario