Somos productos de las decisiones
que hemos tomado en el pasado. Dichas decisiones vienen de la manera en que
pensamos. Entonces, si quiero
cambiar mi futuro, debo de empezar a cambiar mi
forma de pensar. Me he dado cuenta de que la mayoría de las personas no
piensan, no porque sean tontas, sino porque dejan que otros piensen por ellos.
Por
poner algunos ejemplos, la gran mayoría no proyecta lo que quiere ser en el
futuro, y por ende, otro piensa por ellos y elige su futuro. Trabajan duro toda
la vida para hacer más rico a otros. Esto no es ni bueno ni malo, pero al no
trabajar duro para ellos, están asegurando el futuro de otra persona y poniendo
en riesgo el futuro propio. Otras personas tienen que pedirle la opinión a las
personas en quien “confía” cada vez que van a decidir algo. Esto tampoco es ni
bueno ni malo, lo malo es que dependan todo el tiempo de la aprobación de otros
para poder decidir algo.
Por
eso es que invierto un tiempo considerable en aprender a pensar. ¿Cómo se aprende a pensar? Dice la
Biblia, que en la multitud de consejeros está la sabiduría. Eso es
precisamente lo que hago, tengo cientos y cientos de consejeros, es la bendición
de la actividad comercial a que me dedico. De todos aprendo algo, lo que hace
que aumente mi valor, al igual que el valor de los miembros de mi grupo. La
mente humana es el activo más valioso que tenemos. Apenas estoy aprendiendo
a pensar, pero con lo poco que he aprendido, veo que aún falta mucho por
aprender.
Es
bonito formar parte de un equipo donde se esmeran para que sus miembros
aprendan a pensar. Pensar no es solo resolver problemas técnicos, como me enseñaron
en la universidad, pensar también consiste
en resolver problemas entre los seres humanos, en vencer mis propias
limitaciones mentales, en tener una mentalidad que me permita disfrutar el
presenta, y la mentalidad de proyectar un futuro y trabajar para lograrlo.
La
invitación de este artículo es que reflexiones. Usualmente somos pensadores
extremistas, pensamos en negro o en blanco. Eso causa que nos ceguemos y
dejemos pasar muchas cosas importantes. Aprendamos
de muchos mentores de calidad. Para mí los mejores son aquellos que tienen algún
interés en ti, ya que obviamente te darán los mejores consejos. Aprende también
de los libros, ahí encontraras una multitud de consejeros dispuestos a verter
su sabiduría a todo el que quiera aprender.
“Pensar
es el trabajo más difícil que existe, por eso tan pocos lo hacen, y se le paga
tan bien al que lo hace”
Henry Ford
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