Recién
escuché algunas historias de cosas que ocurren en las casas de empeño. Las
casas de empeño son lugares donde las personas traen ciertos artículos de valor
como garantía a cambio de un préstamo o para venderlos. En estas dos historias
que escuché, personas que traían artículos sin saber lo que valían, tuvieron la fortuna de encontrarse con personas
honestas que le dijeron el valor real de lo que tenían. Una señora que trajo un
artículo al que pensaba empeñar por cierto precio, se dio cuenta de que valía 5
veces más de lo que pensaba gracias a un honesto servidor de la casa de empeño.
Por lo general, no siempre
encontramos personas que nos digan lo que verdaderamente vale lo que tenemos. Si nosotros mismos no sabemos cuánto vale lo que
tenemos, casi siempre recibiremos por debajo de lo que valemos. En el día a día,
la gran mayoría de las personas vive de empleos mal pagados, porque no saben lo
que vale. El que no sabe lo que vale
casi siempre recibe menos de lo que merece. Hace un tiempo escribí un artículo
llamado “tu valor en
el mercado” que trata sobre algunos principios para aumentar nuestro
valor. El problema tuyo y mío es que muchas veces nos vendemos barato por falta
de conocimiento.
¿Por qué vendernos tan barato? ¿Es
que acaso pensamos que somos menos que los demás? ¿Por qué si hay personas que
viven bien nos conformamos con lo mínimo?
Déjame decirte algo. Hoy en día hay alrededor de 7 mil millones de personas. En
el pasado han vivido miles de millones de personas más, y en el futuro vendrán miles
de millones de personas más. No hay, ni
ha habido, ni nunca habrá nadie como tú.
En
el momento de tu concepción fueron millones y millones de espermatozoides que
compitieron para llegar al óvulo, habiendo millones y millones de posibilidades
de que hubiera nacido un individuo diferente al que eres. Sin embargo, el que
naciste fuiste tú. ¿Por qué entonces te vendes tan barato? ¿Por qué te
discriminas tanto a ti mismo? ¿Por qué dices que no puedes hacer algo o que no
das para algo? Cada vez que piensas de manera limitada de ti mismo, tienes toda
la razón, pero no porque esa sea una verdad absoluta, sino porque es la
realidad que TU mismo has decidido crear.
Para
concluir, te reitero que eres un
individuo único e irrepetible. No malgastes tu vida siendo menos de lo que
realmente eres y de lo que puedes llegar a ser. El que no sabe lo que vale siempre
se vende barato y por eso lo tratan como persona de tercera categoría. La invitación
es que te conozcas a ti mismo y descubras lo que realmente vales. Cuando hagas
ese descubrimiento estoy seguro de que nos encontraremos en algún lugar del
mundo y hablaremos de nuestra historia y de lo bella que es la vida y la creación
de Dios, porque hemos
nacido para triunfar y esa es una realidad, si tú así lo decides.
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